La Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, ubicada en el municipio de Alto Lucero, Veracruz, es la única planta de energía nuclear en México. Desde su puesta en marcha, ha jugado un papel crucial en la diversificación de las fuentes de energía del país y en la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles
La construcción de Laguna Verde comenzó en 1976, en una época en que México buscaba ampliar su capacidad de generación eléctrica para satisfacer la creciente demanda de energía. El proyecto se desarrolló en dos fases, con la Unidad 1 entrando en operación comercial en julio de 1990 y la Unidad 2 en abril de 1995. Ambas unidades utilizan reactores de agua en ebullición (BWR) de diseño estadounidense, suministrados por General Electric.
Laguna Verde está equipada con dos reactores BWR, cada uno con una capacidad instalada de 804 megavatios eléctricos (MWe), sumando un total de 1608 MWe. Estos reactores funcionan mediante la fisión nuclear, un proceso en el cual los núcleos de uranio-235 se dividen al ser incididos por neutrones, liberando una enorme cantidad de energía en forma de calor. Este calor se utiliza para generar vapor, que a su vez impulsa turbinas conectadas a generadores eléctricos.
La planta está diseñada con múltiples sistemas de seguridad redundantes para garantizar su operación segura. Estos incluyen sistemas de enfriamiento de emergencia, contención hermética y múltiples barreras físicas y tecnológicas para evitar la liberación de radiactividad al ambiente.
La Central Nucleoeléctrica Laguna Verde contribuye significativamente al suministro eléctrico del país, proporcionando alrededor del 4-5% de la electricidad total de México. Su operación estable y de bajo costo ha permitido reducir la dependencia de las importaciones de gas natural y petróleo, ayudando a estabilizar los precios de la energía.
Además, la planta ha generado miles de empleos directos e indirectos, tanto durante su construcción como en su operación y mantenimiento. Este impacto económico ha sido particularmente significativo en la región de Veracruz, promoviendo el desarrollo regional y mejorando la infraestructura.
La seguridad es una prioridad en Laguna Verde. La Comisión Federal de Electricidad (CFE), que opera la planta, se rige por la normativa que establece y vigila la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS), para asegurar que todas las operaciones cumplan con los estándares internacionales más estrictos. Además, la planta es sometida regularmente a inspecciones y evaluaciones por parte de organismos internacionales como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO por sus siglas en inglés).
Desde el punto de vista ambiental, la energía nuclear es una fuente de energía limpia, ya que no emite dióxido de carbono durante su operación. Esto la convierte en una pieza clave en los esfuerzos de México para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático.
Con el éxito Laguna Verde, México está explorando la posibilidad de expandir su capacidad nuclear. Esto incluye la posible construcción de nuevas plantas nucleares y la modernización de las instalaciones existentes. La energía nuclear, con su capacidad para proporcionar grandes cantidades de electricidad de manera confiable y sin emisiones de carbono, será un componente esencial en la estrategia energética del país en las próximas décadas.
La Central Nucleoeléctrica Laguna Verde es un ejemplo de cómo la energía nuclear puede contribuir al desarrollo sostenible de un país. A través de la generación de energía eléctrica confiable, su impacto económico positivo y su papel en la reducción de las emisiones de carbono, Laguna Verde demuestra los beneficios de apostar por la energía nuclear como una solución viable y necesaria para los desafíos energéticos del futuro.